El Servicio de Atención y Coordinación de Urgencias y Emergencias 1-1-2 de Castilla-La Mancha, organismo perteneciente a la Consejería de Hacienda, Administraciones Públicas y Transformación Digital, ha coordinado la ayuda de los grupos de intervención en emergencias en los 243 accidentes de tráfico graves que se contabilizaron durante el año pasado en la región, y en los que fallecieron un total de 82 personas.
Estos datos reflejan un ligero descenso en el número de accidentes de tráfico graves ocurridos el pasado año en comparación con los registrados durante el año 2023, cuando se contabilizaron 248 accidentes. Por tanto, en 2024 se han registrado cinco incidentes menos.
Además, con esa disminución de la siniestralidad en carretera, el índice de mortalidad también se ha reducido ligeramente. En este análisis se registran tres víctimas mortales menos que en el año anterior. En concreto, en 2024 fallecieron 82 personas a consecuencia de los accidentes de tráfico, mientras que en 2023 la cifra total de fallecidos era de 85.
Durante 2024, desde el Servicio 1-1-2 se ha atendido una media mensual de 20 accidentes de tráfico graves. Un dato destacable es que una parte muy importante de estos incidentes, el 42,7%, se han producido por la salida de vía del vehículo, sin que interviniese ningún otro coche como causante del siniestro. Esto quiere decir que casi la mitad de los accidentes de tráfico que se produjeron en la región el año pasado ha sido por una salida de vía.
Por provincias, Toledo ha sido donde se han producido un mayor número de incidentes, contabilizando un total de 73 accidentes de tráfico graves, lo que representa el 30% del total de toda la región.
Ciudad Real y Albacete se sitúan a continuación con 59 y 40 incidentes, respectivamente. En las carreteras de Guadalajara y Cuenca se ha producido un número siniestros muy similar: 35 accidentes en la primera y 34 en la segunda, lo que las convierte en las provincias donde ha habido menos siniestros viales en 2024.
Mayo y septiembre han registrado una cifra mayor de siniestros viales
Si nos centramos en el análisis mensual del número de accidentes de tráfico producidos en las carreteras de la región, las cifras más significativas se han registrado en los meses de mayo y septiembre. En este sentido se registraron 24 y 26 accidentes de tráfico graves, respectivamente.
La época estival suele ser la temporada con un mayor número de siniestros viales, dado que la cantidad de desplazamientos por las carreteras de la región aumenta de manera significativa. De hecho, más de un tercio de los incidentes, concretamente un 34,5%, se acumulan en el periodo que va desde junio a septiembre. Así, en junio hubo 20 accidentes graves, 16 en julio, 22 en agosto y los ya señalaos 26 del mes de septiembre.
Por el contrario, en los periodos de principio y final de año bajaba la siniestralidad en las carreteras de Castilla-La Mancha. Sin embargo, el análisis de los datos de 2024 refleja un diciembre bastante convulso en las carreteras, registrando un total de 24 accidentes de tráfico graves en Castilla-La Mancha.
Los meses con menor siniestralidad al volante fueron enero y junio, con 16 incidentes en ambos casos.
Coordinación de recursos desde el 1-1-2
Los accidentes de tráfico son los incidentes, atendidos por el Servicio de Atención y Coordinación de Urgencias y Emergencias 1-1-2 de Castilla-La Mancha, en los que es necesaria la intervención de un mayor número de recursos.
Así, desde la Sala del 1-1-2 se movilizan y se coordina la labor que realizan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, normalmente efectivos de la Guardia Civil; y los servicios sanitarios, que despliegan la mayor parte de sus recursos como médicos de urgencias, ambulancias, UVI y los helicópteros medicalizados, fundamentales para el traslado urgente de heridos graves.
Los bomberos son también una parte importante en este tipo de siniestros, dado que en ocasiones los afectados por los accidentes quedan atrapados en el interior de los vehículos, siendo necesaria su excarcelación. Finalmente, es justo señalar al personal de mantenimiento de carreteras, cuya labor es imprescindible a la hora de normalizar el estado de la vía y la circulación.