Las agrupaciones de voluntarios de Protección Civil de Castilla-La Mancha protagonizaron, durante el pasado año, más de 2.300 intervenciones en cumplimiento de sus atribuciones, siendo coordinados desde el Servicio de Atención de Urgencias y Emergencias 1-1-2, organismo dependiente de la Consejería de Hacienda y Administraciones Públicas.
Este cúmulo de intervenciones realizado a lo largo de 2015 pone de manifiesto que las agrupaciones de voluntarios son un elemento fundamental en la resolución de las emergencias en nuestra comunidad autónoma. De hecho, estas agrupaciones son un apoyo esencial para los grupos profesionales de actuación en emergencias como los bomberos, los sanitarios o los distintos cuerpos y fuerzas de seguridad.
Así, durante 2015, y según los datos de la Memoria 2015 del Servicio de Emergencias 1-1-2, el mes con el mayor número de intervenciones por parte de los voluntarios de Protección Civil fue julio, con 322, seguido de agosto y mayo.
Hay que tener en cuenta que es durante los meses estivales cuando en numerosos pueblos de la región se incrementa el número de habitantes, lo que da lugar a un mayor número de urgencias y, por lo tanto, a un incremento en el trabajo de estas agrupaciones, entre los que se incluyen también hacer frente a los pequeños incendios de vegetación que suele haber en esta época.
Por el contrario, los meses de octubre y noviembre fueron los más “tranquilos”, en término de activaciones, dado que el número de intervenciones se redujeron a 140 y 142, respectivamente.
Los voluntarios de Protección Civil son esenciales, por tanto, en la política de emergencia de la comunidad autónoma, como lo demuestra su alto número de intervenciones y la disposición de las más de 240 agrupaciones existentes en Castilla-La Mancha en ponerse a disposición de los ciudadanos y las autoridades ante cualquier incidente.
Uno de los valores de estos grupos de voluntarios de Protección Civil es su conocimiento del terreno de la zona donde se ubican, algo especialmente importante en una región tan extensa como la nuestra. Por este motivo son una pieza imprescindible a la hora de desarrollar dispositivos de búsqueda para personas desaparecidas, así como de servir de orientación a los equipos de actuación profesionales.
Versatilidad y formación
Otro de los puntos fuertes que hace de las agrupaciones de voluntarios un pilar fundamental en la política de emergencias en Castilla-La Mancha es su versatilidad, basada en su preparación. Los integrantes de estas agrupaciones reciben formación muy diversa por parte, principalmente, de la Escuela de Protección Ciudadana de Castilla-La Mancha.
Esta formación les ofrece las herramientas básicas para enfrentarse a las situaciones de emergencia más diversas. De hecho, desde la mencionada Escuela de Protección Ciudadana, dependiente del Gobierno regional, reciben enseñanzas en primeros auxilios, incendios en vegetación, autoprotección, etc.
Además, hay que recordar que las agrupaciones de Protección Civil prestan también apoyo a las actividades que se ponen en marcha desde los ayuntamientos a los que pertenecen, como en la organización de espectáculos al aire libre, romerías, concentraciones deportivas, etc., siendo una pieza fundamental para garantizar la seguridad y el bienestar de sus vecinos.