Bajas temperaturas

Es un hecho que, en todo el mundo, los fenómenos meteorológicos extremos han aumentado en las últimas décadas, siendo éstos cada vez más frecuentes.

Teniendo en cuenta lo anterior, se hace imprescindible conocer con antelación sufiente las actuaciones a seguir ante un episodio de bajas temperaturas, con el fin de minimizar los efectos adversos del mismo.

Por ello, la Dirección General de Protección Ciudadana ha elaborado una serie de RECOMENDACIONES GENERALES:

  • Permanecer en el exterior el menor tiempo posible. La tiritona es señal de que no debe continuarse sin resguardo.
  • Extremar la precaución en caso de hielo en las calles. Un elevado porcentaje de lesiones relacionadas con el frío tiene que ver con caídas al resbalar sobre placas de hielo.
  • Evitar cambios bruscos de temperatura. Prestar especial atención a niños, bebés, personas mayores y enfermos crónicos, porque son muy sensibles a dichos cambios.
  • Evitar la entrada de aire frío directo a los pulmones, para ello respirar por la nariz y no por la boca, ya que el aire se calienta al pasar por las fosas nasales.
  • Vestirse adecuadamente para salir a la calle: un buen abrigo y calzado que protejan del viento y de la humedad.
  • Proteger las zonas más sensibles expuestas al frío, como son las manos, la cabeza, el cuello y la cara.
  • Es mejor vestirse con varias capas ligeras superpuestas que con prendas muy gruesas y ajustadas. Esto nos permitirá mantener el calor corporal durante más tiempo.
  • En casa hay que intentar mantener la misma temperatura en todas las estancias. Una temperatura de 20-22º C debe ser suficiente.
  • Debemos cerrar puertas y ventanas para evitar crear corrientes de aire.
  • Revisar el estado de la calefacción, calderas, estufas y, en general, de los elementos de combustión usados para obtener calor para evitar riesgos de incendio o intoxicación por monóxido de carbono.
  • No utilizar aparatos de calefacción si desprenden un olor extraño al conectarlos o no parecen estar en buen estado.
  • No acercar las estufas, braseros, etc. a las cortinas, muebles y, especialmente, a las camas o colchones.
  • No poner ropa u otros objetos sobre los aparatos calefactores.
  • Ventilar a diario durante unos minutos la vivienda para garantizar la entrada de oxígeno y de aire limpio.
  • Conviene hacer comidas calientes que nos aporten energía (legumbres, sopa de pasta, etc.), sin renunciar a una alimentación variada que incluya verduras, fruta, carne, huevos, pescado, cereales, leche, etc. A lo largo del día, y antes de acostarse, una taza de alguna bebida caliente (caldo, infusión, leche) ayuda a mantener la temperatura corporal.
  • Evitar el consumo excesivo de alcohol. Aunque inicialmente produce una sensación de calor, al final se consigue el efecto contrario pudiendo llegar a producir hipotermia.
  • Extremar la precaución si se tiene pensado hacer alguna actividad en el campo o la montaña. Informar siempre de la ruta que se va a seguir.
  • Durante una ola de frío es aconsejable utilizar el transporte público. Coger el coche solo si es imprescindible.
  • Si debemos coger el coche; llevar las cadenas y saber colocarlas, llevar el depósito lleno, el teléfono móvil cargado, ropa de abrigo, agua y alimentos energéticos.
  • Mantenerse informado de las previsiones del tiempo y de las instrucciones que den las autoridades.
  • Tener a mano el teléfono de emergencias (112)